El Larguero

César Velázquez Robles
Valdano, Messi y Maradona
Dorados y efecto Maradona
Marcelo: periodistas envidiosos
Mario Cázarez: un boxeador con estampa
Julio César Urías: refulgente como astro

Decía en la columna de la semana pasada que la incontinencia verbal de Maradona le lleva con frecuencia a subirse al ring con cualquiera que más o menos considere de su estatura. Ahí está en estos días su declaración en el sentido de que Messi no puede ser el caudillo de la selección argentina, pues va 20 veces al baño antes de cada partido. Muchos salieron en defensa de Messi, y Maradona se vio obligado a decir que pronto hablaría al jugador blaugrana para aclarar paradas y decirle que no dijo lo que dijo, o que lo que dijo se interpretó de manera torcida por los especialistas en amarrar navajas.

Este fin de semana conocimos otra opinión de una muy autorizada voz. Me refiero a Jorge Valdano, que terció en el tema, y se refirió a la frase lapidaria que recuperamos arriba. He aquí lo que dice:“Diego nunca se queda corto en sus declaraciones y en esta ocasión alabó a Messi como jugador, pero lo condenó como líder… Sabemos que Messi, siempre contenido y hasta ensimismado, es un líder técnico antes que social. Pero sobre su capacidad de influencia durante los partidos caben pocas dudas. Voy a decir sobre Messi una frase que utilicé muchas veces para defender al propio Maradona: al artista hay que valorarlo por su obra, no por su vida”.

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En los Dorados se advierte ya el efecto Maradona. Y diga si no: de 15 puntos que ha disputado, el equipo local se ha alzado ya con una docena. Una ofensiva rácana, un equipo incapaz de proponer un discurso al adversario, sin orden ni concierto entre sus líneas, con ideas muy espesas, se ha trocado al cabo de unas cuantas semanas en un equipo con identidad, más ordenado y, en consecuencia, más competitivo. Ya está, en lo inmediato, en zona de clasificación, y eso es una buena noticia para la afición culichi.

Sí, es cierto: es el efecto Maradona aunque, paradójicamente, no sea el técnico argentino el artífice de este repunte, pero con independencia de quien pueda colgarse las medallas, en el horizonte inmediato está la liguilla y el título del torneo y, en una perspectiva más amplia, por qué no, el ascenso a la primera división. Bueno, el propio Maradona lo planteó como objetivo desde que aterrizó en Culiacán.

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Se está produciendo en muchas partes del mundo una ofensiva contra los medios de comunicación, contra los periodistas, que pone en peligro la vida democrática y civilizada. Trump llama a la prensa –escrita, como The New York Times o The Washington Post; a la televisión –CNN, por ejemplo— como los enemigos del pueblo. Insulta a periodistas, los expulsa de sus conferencias de prensa y frente a todo comentario que no le gusta suelta la infaltable: ¡fakenews! Esta violencia verbal, que puede devenir en violencia física contra los medios y sus periodistas, está entrando en una escalada peligrosa.

Puede entenderse este fenómeno en el ámbito de la política, donde parece haberse instalado una lógica de guerra, que por su propia dinámica, lleva a plantearse la destrucción del que se considera no adversario, sino enemigo. Aquí mismo se experimenta esa desazón cuando quien dirigirá los destinos del país lanza invectivas contra lo que ha dado en llamar “prensa fifí”, alimentando un discurso sectario y dogmatismo, intolerante y arbitrario que conspira contra una convivencia respetuosa y civilizada entre nosotros.

Pero que esto ocurra en el  deporte es lamentable y también muy peligroso. Se descalifica al interlocutor, y si éste es periodista va la agresión: “tu no hables de futbol, porque no jugaste”. La expresión, por supuesto, proviene de otra figura de los medios que en el pasado cercano o lejano se desempeñó como futbolista profesional. Ese aire de superioridad moral le confiere así, según su creencia, un aura infalible y una opinión autorizada. Todo es cuestión de ver uno de los muchísimos programas de tertulianos que llenan las parrillas televisivas.

Pues algo acaba de ocurrir con el brasileño Marcelo, del Real Madrid. Como sabemos el cuadro merengue va dando tumbos en este arranque liguero, y el equipo se ha espesado como nunca. Ello genera de modo natural, un ambiente tenso entre los jugadores, que buscan culpables por doquier. ¿Y qué cree usted? Pues si, acertó: los periodistas son culpables. Son envidiosos.

Así lo dijo Marcelo: “Es duro cuando no ganas, pero de crisis habláis vosotros, que intentáis hacer daño a este vestuario. Todos los periodistas intentáis hacer daño. Igual es envidia porque no sabéis jugar al fútbol”.

Es una opinión bastante estólida, pero, como digo arriba, forma parte de esa tendencia que vemos en muchas latitudes de culpar al periodismo, a los periodistas. Es un mal de esta época revuelta que vivimos. Y se quiere culpar a los periodistas. No solo entre los políticos, a quienes el ejercicio de la crítica incomoda. Lo vemos ahora en el deporte. Sería deseable que el asunto no pasara de ahí.

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Este viernes 26 de octubre, debutó ante el público local el culichi Mario Cázares. Sostuvo una buena pelea, siempre alentado por el respetable y, sobre todo, por una masa de académicos y economistas de la Escuela de Economía de la UAS, institución académica de la que es egresado. Tiene estampa de boxeador fino, de buena estatura –está por encima del 1.85 metros–, aunque en una división en la que abundan los noqueadores.

Su paso al profesionalismo parece haber sido un poco tardío –así lo exigieron sus estudios profesionales— donde apenas acumula ocho combates, todos ganados. Batalló en el parque Revolución frente a su oponente, e incluso fue derribado en el séptimo asalto por un volado de derecha que se estrelló en su rostro,  y recibió la cuenta de protección. Pero había hecho el trabajo en los rounds previos. Ojalá tengamos oportunidad de verlo en el encordado local con más frecuencia.

Pero Cázarez tiene una buena historia, con detalles que el público debe conocer. Ya ha sostenido choques con Saúl “Canelo” Álvarez y Omar Chávez. Con éste se enfrentó siendo apenas un niño, y con el hoy multicampeón mundial sostuvo una fragorosa batalla en el 2004 para ganar la medalla de oro en la Olimpiada Nacional, aquí en Culiacán. Por cierto, el economista-boxeador –un caso raro en el mundo del arte de Fistiana– tiene una trayectoria destacada en el amateurismo, en cuyo paso sostuvo casi medio centenar de combates:“Dure en el boxeo hasta los 18 años de edad en el amateur e hice una pausa de seis años por estudiar la licenciatura en Economía en la Universidad Autónoma de Sinaloa”.

He aquí lo que escribió Mario Cázarez hace unos días: Hace 20 años debuté como amateur en mi querida Ciudad de #culiacan contra Omar Chávez hijo de gran campeón mexicano Julio César Chávez. Estoy muy contento de volver a pelear en Culiacán y sobre todo hacerlo por una maravillosa causa en apoyar a la asociación de niños con cáncer Casa Valentina, eso no tiene precio. Gracias a todas y a todos que me apoyan en esta gran aventura. I LoveYouAll!! @jcchavez115 @omarchavezzbu @casa_valentina_cln

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Otro culichi que en estos días ha brillado con luz propia, es el lanzador de los Dodgers de Los Ángeles, Julio César Urías. Incorporado sorpresivamente en el roster del equipo para la serie de campeonato de la Liga Nacional, en una polémica decisión del manager, David Roberts, el pitcher de La Higuerita ha respondido con creces a esa confianza. Un triunfo contra los Cerveceros de Milwaukee y un relevo satisfactorio, sobre todo por la ayuda de Chris Taylor, que hizo una espectacular atrapada a un batazo que buscaba la barda del jardín izquierdo, le valieron reconocimiento.

Y es que el asunto lo merecía. Considerado uno de los novatos más prometedores del beisbol de las grandes ligas, Urías se lesionó de su brazo de lanzar. Su estrella pareció periclitar, y hubo se someterse a la operación Tommy John y, para fortuna, todo parece indicar que tiene ahí un brazo biónico que le dará muchas satisfacciones a los seguidores de los esquivadores y a los amantes del beisbol.

Todavía le quedan muchas páginas por escribir a este lanzador zurdo. Las está escribiendo en este momento en que su equipo disputa el más codiciado título del rey de los deportes. Van hasta este viernes o sábado por la madrugada tres encuentros, y en los tres ha tenido participación Urías. Y lo ha hecho de excelencia, cumpliendo cabalmente, con una recta que se acerca a las 95 millas por hora y una variedad de lanzamientos que dan cuenta ya, pese a su juventud, de experiencia acumulada que con toda certeza le hará volar a  alturas insospechadas.

Quienes pudieron verlo lanzar el décimo-séptimo episodio del partido más largo y de mayor duración en la historia de las series mundiales, habrán podido constatarlo. Y puesto que el pitcheo de los californianos ha quedado diezmado luego de una batalla que parecía interminable, es más que probable que Urías suba de nuevo al montículo. Ya demostró que puede. Cierto que puede poder, ahora falta que Roberts quiera querer. Y fíjese: podría entrar al relevo, pero, ojo, podría iniciar alguno de los partidos que quedan por delante. Si el tercer partido ya dio para superar cualquier guión hollywoodense, ¿por qué la serie no podría dar para que Julio César Urías sea el protagonista?

Quedan muchas cosas en el tintero. Pero hay que preparar todo para la jornada de fin de semana: Dodgers-Medias Rojas; Cruz Azul-América; Dorados-Tampico Madero y Barcelona-Real Madrid. De esto y más, daremos cuenta en el balance próximo.

El Larguero

César Velázquez Robles
7-0 no se olvida
Messi, Maradona y Kempes
La clase obrera y el futbol
El ascenso de los Dorados

 

Hace ya muchos años, el Real Madrid perdió un partido amistoso contra el Bayern Munich. A la sazón, era entrenador de los merengues el yugoslavo VujadinBoskov, quien tuvo que enfrentar el aluvión de críticas por el marcador de escándalo: 9-1. Boskov no se arredró frente a quienes vieron alarmados el derrumbe de uno de los grandes del futbol europeo, y acuñó una de esas frases célebres, es decir, que han quedado para la posteridad: “prefiero perder un partido por 9-0 que nueve partidos por 1-0”.

Lapidario y definitivo, de una lógica implacable el juicio del entrenador, autor de muchas otras frases que perfectamente pueden quedar inscritas en el frontispicio de cualquier corral futbolero. He aquí alguna de esas frases: “Futbol es futbol”, “Ganar es mejor que empatar”, “Empatar es mejor que perder”. Quien sabe si sea cierto, pero hay algunos que le adjudican, en esa lógica, una más: “perder es  mejor que descender”.

Traigo a cuento la anécdota al recordar, a propósito del reciente encuentro con Chile que perdió la selección mexicana –estuve a punto de escribir “los ratones verdes”, como les llamaba Manuel Seyde—por marcador de 1-0. No hace mucho en la Copa América, los nuestros fueron aplastados por un marcador demencial: 7-0. Entre el entrenador de entonces, el profesor Osorio, y el de ahora, Ferreti, bien podrían armar una frase parecida a la de Boskov: “preferimos perder un partido por 7-0 que siete partidos por 1-0”.

Ahora, el 1-0 de este martes en el estadio La Corregidora puede olvidarse, pero lo que si no se olvida, y ha quedado inscrito en la memoria futbolera mexicana es ese marcador lapidario, una de las grandes humillaciones del futbol nacional. No olvidemos, como dijo en alguna ocasión el técnico de la squadra azurra, Arrigo Sachi, que “el futbol es la cosa más importante de las cosas que no importan”.

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El ahora entrenador de los Dorados, Diego Armando Maradona, tiene una enorme facilidad para meterse en enredos. En horas bajas, todo es cuestión de que abra la boca, con razón  o sin razón, para que le llueva de todos lados. Pareciera hacerlo a propósito, pero hay cierto descontrol mental mezclado con una importante dosis de protagonismo e, incluso, un deliberado propósito de estar en la agenda deportiva y seguir brillando con luz propia, que le impele a formular declaraciones que son verdaderos despropósitos verbales.

Lo acaba de hacer, en estos días, al referirse a Messi. Y lo hizo en términos bastante duros. Ya se sabe que “a un pastelero no le gusta que otro pastelero se le siente en frente”. Maradona sigue sintiéndose un dios, y resulta difícil asumir que el Olimpo en el que ha ocupado durante años el sitial de honor tenga otro inquilino. Sin embargo, no deja de tener razón, y casi podría decir que lo dijo sin esa mala leche que es típica de algunas estrellas del firmamento futbolístico mundial.

“Para mí es difícil hablar, pero es inútil querer hacer caudillo a un hombre que va 20 veces al baño antes de un partido”, dijo Maradona en declaraciones a una cadena deportiva. Agregó: No lo endiosemos más. Messi es Messi jugando en Barcelona. Jugando con la camiseta argentina es uno más“.  Y tiene razón: ese modo extraño de somatizar problemas –algún defecto debería tener— y que han pasado a ser del dominio público, han provocado ya grandes controversias. Simplemente, recordemos cierta incontinencia vomitiva, en plena cancha, hará unas dos temporadas, que causaron gran preocupación entre sus seguidores, y que fue motivo de declaraciones diversas de sus adversarios. Afortunadamente, el asunto no volvió a aparecer, pero ahora Maradona le agrega leña a la hoguera, diciendo que no Messi no es ni puede ser caudillo, porque le gusta aliviarse demasiado antes de cada encuentro.

Por supuesto, muchos seguidores salieron en defensa de Messi. Uno de ellos, Mario Kempes, que no se anduvo por las ramas para criticar a Maradona: “Cada vez que Diego abre la boca es un problema porque no respeta y a él siempre se lo respetó en su época de jugador. Nadie le dijo nada por perder la final del Mundial 1990. Es mejor que se quede callado”.

“En el fútbol se gana y se pierde, a veces hay que callarse la boca. El tiempo de Diego ya pasó, tampoco es ejemplo para decir tantas cosas”. Y  Kempes tiene mucha razón, pues el mismo Maradona lo ha dicho, agobiado por las incesantes presiones a que estaba sometido por sus propios problemas: «Sólo les pido que me dejen vivir mi propia vida. Yo nunca quise ser un ejemplo».

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Si en algún lugar del mundo han abundado las reflexiones sobre el futbol como fenómeno sociológico, es en Inglaterra, cuna, además, de este deporte –antes se decía: el futbol es un deporte que inventaron los ingleses y que ganan siempre los alemanes. Bueno, pero visto lo visto, eso era antaño, porque hogaño no hay quien lo sostenga.

Hay una rica bibliografía que en la época moderna han alimentado figuras como Jorge Valdano, AngelCappa y Luis César Menotti, entre otros, y a los que vale la pena leer para documentar nuestro optimismo o, si se quiere, nuestro pesimismo. Entre los futbolistas, también hay gente que no tiene un balón por cabeza, que piensa, reflexiona y articula un sólido discurso. Ahí están, por ejemplo, Pep Guardiola, ahora al frente del Manchester City en la Premier League, y el ya retirado y gran figura del futbol inglés en el último cuarto del siglo pasado, Gary Lieneker.

Lieneker, por cierto, acaba de ser entrevistado por el diario español El País, y hace un repaso de cuestiones que siguen siendo cruciales en este deporte. Una de ellas es cómo se entiende e inserta el deporte en la sociedad burguesa.

Una breve digresión: Por cierto, uno de los análisis más relevantes sobre este ítem, es un pequeño libro escrito por Gerard Vienner, “El futbol como ideología”, en el que sostiene, desde la perspectiva del marxismo, que “un gol realizado en las canchas, es un gol en contra de los explotados”, es decir, en lo que antes llamábamos la clase obrera, esto es, el proletariado, pero que, según la opinión ZigmuntBauman, ya no es esa clase social desposeída de los medios de producción, sino que ahora se define como el precariado. Bueno, pero eso es harina de otro costal. Hasta aquí el corchete.

A la menor provocación, entre los ingleses, siempre se pone en valor la función social del futbol. Así, por ejemplo, Lieneker dice en la entrevista citada, que hacia los años 90 del siglo pasado el futbol había caído en cierto desprestigio social. La fuerte presencia e influencia de los gamberros y la secuela de destrucción y muerte que dejaban a su paso por los escenarios europeos, creaba un ambiente irrespirable que alejaba a miles y miles de aficionados de los estadios.

“Los estadios eran un caos  –dice Lieneker–  y algo había que hacer. El relativo éxito del Mundial 90, también fue importante. En un momento en el que mucha gente odiaba el fútbol, el cuarto puesto en Italia volvió a enganchar a los aficionados. Y después, por supuesto, la creación de la Premier, con obviamente todo el dinero que se comenzó a ingresar por la televisión. A partir de estos hechos, cambió la popularidad del fútbol en nuestra sociedad. No es que antes no fuera popular —para la clase obrera siempre lo fue—, pero esa popularidad estaba herida.

“¿El fútbol es de clases obreras?

  1. Sí, por supuesto. Pero eso fue lo que cambió a partir de los años 90. Se hizo más universal. Creo que ya no es un deporte de las clases obreras, sino de todos. Pero al mismo tiempo, la gente muy rica va a escuelas privadas y allí se juega al rugby. Pero se ha convertido en algo mucho más fuerte, más solidificado en la mayor parte de la sociedad.”

Hasta aquí lo que dice Lieneker. Ahora, si quiere leer toda la entrevista, que está muy buena, aquí va el link: https://elpais.com/deportes/2018/10/14/actualidad/1539541876_922961.html

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Dirán misa, pero Maradona está funcionando como revulsivo de los Dorados. Recibió el equipo por la calle de la amargura, navegando en los bajos fondos de la tabla, y ya lo tiene ahí en la pelea, disputando el derecho de ser protagonista en la liguilla.

No es, ni ha sido nunca, un gran estratega, pero está teniendo la suerte de los buenos. Quizá contribuya a ello uno de sus lugartenientes, conocedor de los entresijos de la liga de ascenso. Sea como sea, más allá de los exabruptos de Maradona, de sus excesos y despropósitos verbales, el tipo por lo pronto la está haciendo. Nomás falta que diga como el otro: “me canso, ganso, de que asciendo al equipo a la primera división”.

Ahí vienen en estos días retos interesantes. En puerta, este sábado 20, el duelo contra los mineros de Zacatecas, equipo que ocupa el tercer lugar en la tabla, con 23 puntos, y uno de los principales animadores de los últimos torneos. El historial no es nada favorable para los Dorados, pero el repunte reciente hace abrigar esperanzas de que se traigan un bueno resultado de aquellas tierras.

Al frente de la clasificación están los Bravos de Ciudad Juárez, un once muy competitivo y, aunque no está quemando la liga, tiene las credenciales suficientes como para aspirar a estar en el máximo circuito. Ahí, arribita de los locales, están los Potros de la Universidad Autónoma del Estado de México, y luego los Alebrijes de Oaxaca.  A todos ellos se les mira hacia arriba, pero si las cosas empiezan a marchar como se espera, pronto podrá mirarlos hacia abajo. Dumspiro, spero.

El Larguero

César Velázquez

Literatura y futbol

Desde hace muchos años, hay una vasta producción de materiales que buscan relacionar el futbol con el mundo económico, político, social y cultural. Viene a mi memoria un libro, Futbol como ideología, de Gerard Vinnai, un ensayo desde la perspectiva marxista, en el que el autor considera que todo gol realizado en la cancha, “es un gol en contra de los explotados”. Es decir, este deporte no viene a ser otra cosa sino un instrumento más de dominación en contra de las grandes masas bajo el capitalismo. Pero el mundo no es tan simple ni lineal. Es mucho más complejo de lo que dice la apariencia, y a estudiar su esencia desde las más diversas perspectivas dedican sus esfuerzos académicos, especialistas, eruditos y amantes del futbol. En los países de nuestra región, en América Latina, en México particularmente, no hay una gran producción intelectual que aborde con profundidad la relación entre el futbol como un fenómeno sociológico y sus manifestaciones en la vida colectiva. Hay trabajos, si, relevantes e importantes, pero algo así como una corriente o una tradición teórica, como luego dicen los pretenciosos, que aborde las relaciones simbólicas, el discurso, no se ha constituido en este espacio, donde grandes conglomerados sociales viven con pasión domingo a domingo, este gran drama social. Pese a ello, dice Sergio Villena Fiengo en su ensayo El futbol y las identidades,“puede indicarse que en la región existe una tendencia a considerar al fútbol como un ritual comunitario, como un drama social y/o como una arena pública, como un espacio comunicativo denso en el cual se entrecruzan múltiples discursos verbales, gestuales e instrumentales (gráficos, sonoros, etc.), a través de los cuales los diversos actores participantes en el drama, como son los jugadores, entrenadores, dirigentes, periodistas, hinchas y detractores, expresan apasionadamente sus conceptos y valores no sólo sobre el juego, sino también sobre su vida, anhelos, frustraciones y esperanzas. Tal vez podríamos resumir esta aproximación parafraseando a Geertz y señalando que los estudios latinoamericanos muestran una inclinación por abordar elfútbol bajo el modelo de un “juego profundo” que se constituye en un comentario dramático sobre la vida, en sus dimensiones emocionales, morales e intelectuales.” Es tal vez en el campo de la literatura donde encontramos lo mejor de la producción intelectual para entender las relaciones simbólicas que definen la naturaleza de este deporte de masas. El futbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano (Siglo XXI) es ya un clásico de la literatura, un referente indispensable para entender lo que para algunos no es sino un juego que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre ganan los alemanes. Pero hay muchos otros. En la edición del domingo 3 de junio de 2012, Enric González, en el diario español El País, escribe un interesante ensayo, Héroes trágicos, en el que dice: “¿De qué hablamos cuando hablamos de fútbol? Podemos hablar del juego, evidentemente. De tal finta, o tal combinación, o tal posición irregular. Pero eso no da para mucho. Lo habitual es hablar de lo que envuelve el fútbol y le da significado. Es lo que ocurre con la literatura futbolística, que tiende a prescindir de lo obvio, es decir, del balón, y prefiere explorar la pasión de quienes lo manejan y de quienes extraen de él su felicidad o su miseria. Si el futbolista es el gran héroe contemporáneo, cosa que se puede lamentar pero resulta difícil discutir, para el trabajo literario hay pocos materiales más atractivos que los que ofrece el héroe trágico del fútbol. Uno de esos héroes trágicos del futbol es Abdón Porte. Sobre él escribió Manuel Jabois la pieza literaria Abdón en polvo convertido, que ojalá pronto podamos dar a conocer en este espacio. Por vía de mientras, como decíamos antes, les adelanto lo que escribió González: “Abdón Porte, uruguayo de Libertad, fue mediocentro y capitán del Nacional de Montevideo hasta 1917. Al concluir la temporada de ese año, los directivos del club le comunicaron que habían fichado a Alfredo Zibechi para sustituirle y que preferían que se quedara en el banquillo como suplente, con la idea de que poco a poco pasara a desempeñar una función que apenas existía por entonces, la de entrenador. Porte recibió la noticia tras el partido de la última jornada, frente al Charley. No hizo comentarios. Fue con sus compañeros a celebrar la victoria, 3-1, y hacia medianoche regresó al Parque Central, el estadio de Nacional. No se sabe cuántos años tenía Abdón esa noche porque se ignora su fecha de nacimiento. Debía tener menos de 30. Abdón caminó sobre la hierba hasta el círculo central, empuñó una pistola y se disparó al corazón. “Abdón no se mató por quedarse sin fútbol. Podía haber jugado en otro club. Abdón se mató porque no soportaba la idea de no vestir nunca más la camiseta de Nacional, su gran amor. Sobre su cadáver se halló una nota en verso dedicada a Nacional: “Aunque en polvo convertido, y en polvo siempre amante, no olvidaré un instante lo mucho que te he querido”. México 2-0 Brasil Con la pequeña ayuda arbitral, que se tragó dos penalties contra la selección mexicana y un gol anulado por un inexistente fuera de lugar, México derrotó 2-0 a Brasil en un juego amistoso en el estadio de los Vaqueros de Dallas. Buen juego sin duda el del once nacional, que poco a poco va dejando en el olvido aquel mote que les puso Manuel Seyde, “ratones verdes”, y se muestra ya como un conjunto competitivo, con una propuesta todavía no muy definida, pero que puede materializarse en su andadura rumbo a la próxima Copa del Mundo. Brasil fue un excelente sinodal para medir los avances de la selección mexicana. Sin ser un conjunto todavía muy rodado y falto de juego colectivo, sus individualidades marcaron la diferencia en los primeros treinta minutos, y dieron pocas oportunidades a los mexicanos para armar y proponer un discurso sobre el campo. Veíamos un conjunto disperso, desorganizado, impreciso y carente de una idea, incapaz de hilvanar tres o cuatro pases, lo que presagiaba un mal resultado. Sin embargo, una jugada afortunada de Giovanni Dos Santos cambiaría el destino del encuentro. Lo que intentó ser un centrito se convirtió en un golazo de antología, y fue el acicate para transformar el juego de los nuestros, que empezaron a invertir los papeles, desempeñarse con mas fuelle y brío, hacer rápidos desdoblamientos y llegar con más contundencia al marco contrario. El segundo gol, producto de un penalti, confirmó el buen momento y juego de los nacionales, que pudieron, incluso, marcar un tercero. Bien por nuestra selección. Mejor por la afición que colmó el estadio vaquero, con miles y miles de mexicanos que viven en Estados Unidos, y que tienen una identidad dura, que no cambia pese a las derrotas y a las tragedias acumuladas que conforman una especie de victimismo histórico. Viene la Eurocopa Este fin de semana arranca la Eurocopa. El actual campeón del mundo y campeón de Europa, España, va en busca de defender su supremacía y con un buen conjunto, puede lograrlo aunque el nivel de competitividad es mucho más alto. Italia, Holanda y Alemania, creo, estarán en las fases finales, disputándole la hegemonía a la Armada Invencible. Por cierto, el choque España-Italia, en el arranque de la Eurocopa puede definir el destino de dos de los grandes favoritos. A favor de Italia está el hecho de que después de los affaires que han puesto en entredicho el juego limpio en la liga superior, han ido a las competencias internacionales para alzarse con el triunfo. Veremos un futbol de mucha calidad, eso si. Dispongámonos a disfrutarlo en serio.