TIEMPOS DIFICILES

¿Quién es Marcelino Perelló?

Habla Joel Ortega

Por Melchor Inzunza

(La revista, publicación bimestral/ SUNTUAS/ Año 1/ No.1/ Enero-Febrero de 1991)

Su amigo de toda la vida, y al mismo tiempo su conciencia crítica, Joel Ortega, responde la pregunta en esta mínima semblanza:

 Bueno, hay datos imprescindibles para intentar entender a Marcelino, si es que se puede entender a una persona como él,  -totalmente anómalo, medio loco-; el primer dato es que él es hijo de otro loco, obviamente, el libertario e independentista catalán que en los años 20 organiza un atentado contra el rey de España; el papá de Marcelino, aprovechando el viaje a Barcelona del rey trata de poner una bomba en un puente por el cual va a pasar el ferrocarril que traslada al rey, la colocan, pero son descubiertos, seguramente fueron delatados; esto sería como en 1927, por ahí; aprovechan, es decir, delatados tratan de poner eso, y al intentar activar la dinamita los agarran y los meten presos. Este dato es muy importante porque va a marcar toda la personalidad de Marcelino, que va a vivir siempre  con esa deuda, la deuda de seguir los pasos del papá. Sale cuando  bote el papá, sale cuando la república, pero como buenos locos están contra la república también, porque quieren la independencia de Cataluña, y esto, bueno, genera que después de la guerra civil española, que él no la llama guerra civil española, la llama “lucha interna dentro del imperio español, en la cual es atropellada la soberanía de los pueblos minoritarios”, entre ellos el catalán; bueno, eso marca, porque eso produce que Marcelino se venga a vivir a México y marca toda su personalidad por lo libertario, la conducta anarquista y la honorabilidad.

 El papá de Marcelino viene aquí y pone una  librería en la avenida Juárez y de eso vive el señor, después vendía no sé qué cosa, instrumentos de refrigeradores, y hacía todos los recorridos a pie, en camión, sin carro. En fin, tres datos: anarquismo, independentismo y honradez extrema, y distante, por lo mismo, del poder. Esto es muy importante, llegan a México y este muchacho muy inteligente, se vuelve como es, fascinante, etc. y tiene un accidente a los 7 u 8 años, en una visita que hace a España, jugando en un carrito de vía se cae, se afecta la columna y de ahí todos sus males; ahora, esto lo va a marcar, estas dos cosas, la primera por lo que ya dije, la segunda porque esta relativa invalidez física la tiene que sufrir con una simpatía y una genialidad impresionante. Porque una cosa conviene decir de paso, Marcelino es uno de los mejores contadores de chistes del mundo; él  hizo en su época que vivió en Barcelona una verdadera antología de chistes, pero su desprendimiento del poder es tal que un gandalla, un cómico español, le plagio todos los chistes y hoy es uno de los mejores cómicos de la televisión española; es de una vitalidad, de una versatilidad impresionante.

Tiene otros rasgos muy interesantes, es un amante eterno, con problemas, siempre pasionales, con las mujeres en general, tiene esa vocación; pero sus amores son interesantes, la lucha, los enredos; uno es celebre, sus amoríos  con Rosa Luz Alegría que durante  el 68 era su novia, pero Echeverría y el papá de esta señora mandan a ambos hijos a Europa para sacarlos del movimiento. En el viaje Rosa Luz deja a Marcelino y se vincula con el hijo de Echeverría, y todo esto cuenta porque explica mucho de sus pasiones, la ira, los odios que había, aparte de la política, el odio personal entre Marcelino y Echeverría.

 Sistemáticamente su aliento es estar con relaciones muy tormentosas, tortuosas, es un atormentado, es un personaje casi dostoievskiano; luego, bueno, él por azar llega a la actividad política, incluso él lo  declaró hace años, dijo que se metió al PC porque lo dejo su novia, porque estaba aburrido se metió ahí; inmediatamente descolló, tiene mucha simpatía. Yo recuerdo una ocasión… Él es un pésimo estudiante, aunque es muy inteligente, pero estuvo en la  UNAM, ahí había una cosa que se llamaba la comisión de 10-3-4 del Consejo Universitario, es decir, ahí llegaban los que reprobaban 10 materias o reprobaban 3  veces en la misma materia o se inscribían 4 veces en una misma materia; aquel alumno que le ocurriera esto era enviado al Consejo Universitario, su caso tratado para ver si se le daba otra oportunidad. Marcelino fue al Consejo Universitario como causante de las tres agravantes, o sea, 10 materias, 3 reprobados y 4 inscripciones; entonces eso produjo que estuviera expulsado de la Universidad; a pesar de ser expulsado de la Universidad, era el dirigente estudiantil más importante. El actual porro este, Yacamán, que dio de bastonazos en el congreso de la UNAM, era adversario de Marcelino, gente  ligada al MURO, y uno de los argumentos que usó entonces para invalidar la participación de Marcelino es que era un fósil, y efectivamente lo era, pero muy brillante, es decir, estos aspectos personales son interesantes, él estudió aquí física, pero no pudo terminarla porque se fue, finalmente terminó matemáticas en  Rumania, creo ahí incluso dicen que sacó el título de maestría y doctorado. Eso dicen…

Una anécdota que lo retrata es que durante el 68, después del 2 de octubre y su infausta declaración de las balas de salva, en la Universidad  empezó toda una campaña contra él. A los baños les ponían aula Díaz Ordaz, Fuentes Ramírez, Corona del Rosal, aula Echeverría; pero después de esas declaraciones empezaron a poner aula Marcelino Perelló.

 Un día, en una asamblea de ciencias, llena, retacada, Gilberto Guevara mandó una carta desde la cárcel, diciendo que era el día más triste de su vida porque había conocido la declaración de Marcelino, y él, preso, no esperaba eso de su compañero, etc. ¿Te imaginas la carga emotiva que tenía eso, el auditorio estaba a punto de linchar a Marcelino? Yo dije “¡de esta no sale este cuate!”; esperó, aguantó, además, él leyó la carta… decenas de oradores que lo difaman, en fin, lo insultaban, y esperó, se bajó del presidium desde la cual había leído la carta, tomó un lugar entre las butacas, pidió la palabra, estridencia, escándalo, abucheos, gritos, mentadas de madre; desde ahí tomó su cigarro Delicado, tardó en esta operación cerca de unos tres minutos, pero eran eternos en ese ambiente, prendió su cigarro y empezó a  rebatir uno por uno los argumentos de Guevara. Cuando terminó la asamblea había una cola para ver a Marcelino, saludarlo, felicitarlo, preguntarle cualquier pendejada… ¡impresionante! Yo no he visto un hombre con esa capacidad de manipular,  de manejar una asamblea, o sea, este es su tipo de personalidad.

 Y luego, su lucidez, su capacidad. Por ejemplo, un día en una entrevista con periodistas extranjeros, le preguntaron cuáles eran los objetivos del movimiento. En lugar de decir son tales puntos doctrinarios, programáticos, lucha por la libertad… no, no, dijo: “Los objetivos son muy simples, en este país todos sabemos que desde el ultimo cartero hasta el presidente de la república son ladrones, eso ya se sabe, lo que el movimiento está tratando de demostrar es que es posible acabar con estos cabrones, estos son los objetivos del movimiento”; es decir, respuestas didácticas, salidas totalmente del dogma, de lo previsible, y totalmente contundentes. Otra ocasión, en una conferencia de prensa del 68, también después de unas batallas que hubo en Tlatelolco y el casco de Santo Tomás, la prensa extranjera preguntaba: “Bueno, dice el gobierno que ustedes inventan, que no hay sangre ni muertos ni nada de eso, ¿qué nos pueden contestar?” Marcelino no dijo nada, espero unos minutos, estaba lleno de grabadoras, fotógrafos, prensa en fin, saco de pronto de abajo de la mesa una camisa ensangrentada y agujerada y la puso sobre la mesa, “ahí está la  respuesta”, dijo.

 Otro dato, quizá de lo no agradable de Marcelino, es su terquedad, es muy terco, para bien y para mal, porque a veces la terquedad te sirve por el lado de la firmeza, pero te dificulta comprender otras cosas, es decir, él mantiene su tesis. Luego, se va, en enero del 69, sale del país, en medio de toda una operación muy peliculesca, sale, con un pasaporte de un amigo suyo parecido a él, argentino, a Los Ángeles y de ahí se va a Paris. Está en Paris, jodidísimo por el problema que tiene en los pies, se pasa hospitalizado meses y en lugar de atenderse, le daban un medicamento para que cicatrizaran sus heridas, él tramposamente dejaba de tomarlo porque en el hospital tenía segura vivienda y alimentación, y, además, él es un hombre no precisamente pasivo, es muy activo, él no se aburre en un hospital, en una cárcel o en un cuarto; juega dominó, cartas, inventa juegos, Antier, por ejemplo, inventó un juego… es todavía un hombre infantil, de pronto dice “A ver, quien me  puede decir cuántas marcas de refrescos hay en México”, y tiene tal capacidad que a otro idiota lo puso a anotar… Delaware Punch, Charritos, etc.

 Ahí en Paris, muerto de hambre, llega Arnoldo Martínez Verdugo, y le dice a Marcelino que se lo puede llevar a un país del este, Marcelino dice que sí; a la URSS, va este señor, Arnoldo, cónsul pro soviético, consulta y le dice que ni madre, que es imposible, que ellos no pueden aceptar a Marcelino Perelló en la  URSS, que podría ser una ofensa al Gobierno mexicano y pondría piedras en Las relaciones; ante la negativa de los soviéticos, este hombre denominado Arnoldo Martínez Verdugo, sinaloense por cierto, para desgracia de ustedes, va a ver a su antiguo, bueno, no antiguo, a sí compadre Ceausescu; Ceausescu en esos momentos enfrentado a los Rusos, acepta a Marcelino y ahí se pasa 9 años.

 Marcelino siempre ha sido víctima de una conducta que lo ha tratado de meter a la oscuridad, lo han querido borrar de la historia, borrar de la historia del 68, borrar de la historia del cardenismo, borrar de la historia del comunismo, etc., tú ves, hubo toda una conspiración para borrarlo de la historia del 68, los libros de la Poniatowska; no lo mencionan o lo mencionan sólo marginalmente y para atacarlo, el libro de Luis González de la Alba, etc., entonces muy importante que su voz no sea silenciada. Los ataques a Marcelino son totalmente injustos.

 Marcelino también despierta muchos celos, como es un hombre  que es capaz lo mismo de hacer lo que contaba de la asamblea, que de ir a casa de tu familia y ganarse a todos, a tus niños, a la abuela, con chistes, con cosas así. Él es un niño grandote, un niño de 47 años, pero un niño al fin, es como Jagger, de los Rolling Stones.

 Joel por él mismo

Joel Ortega Juárez es, antes que nada, un vago de la ciudad, como él mismo se define. Es un animal urbano; si Marcelino se la pasa recitada los versos de Cavafis, Joel Ortega prefiere las del poeta Argentino Fernández Moreno: “Piedra, madera, asfalto. ¡Si me enterrasen bajo el pavimento! Piedra, madera, asfalto/ ¡Y en una calle centro! /Piedra, madera, asfalto. /Casi no estaría muerto”.

Un vago de la ciudad de México, que se ha dado el lujo de ser dirigente estudiantil, de haber terminado una carrera, (economía) que nunca entendió (“Es una de las cosas más aburridas y áridas que nunca pude entender”), de haber sido una de los más importantes promotores del Movimiento Comunista Libertario y una de los críticos más audaces del autoritarismo del gobierno, de las izquierdas y las derechas. Es, también, en el fondo, un anarquista con demasiado sentido del humor, cuya  devastadora ironía alcanza a sus mejores amigos, a sus cuates que admira y respeta, como el  propio Marcelino Perelló y el licenciado Medina Viedas, para sólo nombrar a dos. Vivió dos años fuera de México, en Moscú, “donde sufrí por primera vez en mi vida un asalto, después mi habitación fue invadida por la milicia con la acusación de que tenía un cartel que reprodujo Playboy de una china vestida con  traje de Mao enseñando las tetas; entonces me acusaron de dos pecados terribles, maoísta y pornógrafo, y me expulsaron de la URSS.

 Personaje de los grandes momentos, Joel Ortega brilló con su respuesta al presidente Echeverría cuando éste visitó la UNAM; con su tenaz lucha por la renovación en el PCM, en el PSUM y en la promoción de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, y ahora con la crítica al PRD y a todos los partidos.

Yo me empecé a meter a esto por una vía directa; en 1958 estalló el movimiento de Othón Salazar, mi mamá era maestra y simultáneamente en la compañía mexicana de aviación, en donde mi papá era empleado estalló también una huelga; entonces yo tenía doce años, me vi colocado en la disyuntiva de que tenía que bolear, vender el periódico La Voz de México, no por ideologías sino simplemente para comer, y eso me acercó a la izquierda” y  también mi formación se la debo a Fidel Castro. Mi papá, como era empleado de la Compañía Mexicana de Aviación, recibía de esa empresa semanalmente unas cosas que editaban, se llamaba Obra Revolucionaria, era una revista con los discursos de Fidel; entonces ya me fui haciendo con Fidel, desde la fase inicial que era un liberal hasta el final, fui revolucionario con él, del liberalismo cuando citaba a Lincoln y Jefferson, a todos los pro hombres de la revolución norteamericana, hasta el viraje, “cambio a pepsi ”, cuando decreta que la revolución es socialista después de la invasión a playa Girón; entonces eso me hizo irme acercando al socialismo, pero siempre tuve, por mi formación –yo soy protestante de origen– una gran admiración por norteamericano. Sí, yo siempre con esa cultura protestante asocié el progreso, el avance a los gringos y el atraso a lo hispano, el catolicismo, la santa inquisición. Los Rusos me causaban mucho repulsión, me parecía una dictadura, lo cual efectivamente era real, entonces, esa fue mi manera de acercarme a eso, vía Fidel el liberal.

 Luego me di cuenta de que todo lo que ellos habían planteado fracasó, prometió la democracia y no hubo democracia, prometió la independencia y Cuba es más dependiente hoy de la URSS de lo que era Cuba de los EEUU. Sigo siendo comunista libertario, porque yo descubrí algo: Los comunistas inventaron una trampa, responsabilizaron de todo un chivo expiatorio, a Stalin; Descubrí que eso no es  cierto, que el origen autoritario está en el pensamiento o del propio Marx Hay que recordar que Marx es el que divide  la Primera Internacional, difama a Bakunin, difama a  Blanqui, lo acusa de agente de la policía, a un hombre que murió después de salir de la prisión y su vida se la paso en la cárcel, es un conspirador natural, que sólo salía para encabezar desmadres, y Marx lo difamo, simplemente lo acusó de ser agente policiaco y ya, o sea: la intransigencia, la intolerancia y el  pensamiento de Marx está en el origen, hay que recordar que Marx decía que él no había descubierto nada nuevo, que la lucha de  clases ya estaba estudiada por otros, que su gran aportación era la dictadura del proletariado, esas son palabras de él; ahora, aquí hay un problema teórico no resuelto, efectivamente: ¿Por qué llegó Marx a esta conclusión de la dictadura? Por la  comuna, por el fracaso de la comuna,  aquí hay una contradicción, desgarradora, de los libertarios.

 Yo para entrar al partido me resistí mucho, porque sentía que el comunismo era intolerante, no había libertades pero, bueno, acepte, por la miseria, eso sigo creyéndolo, que todavía no se ha inventado una fórmula que erradique la miseria, a menos que sea a costa  de la libertad, insisto con ese ejemplo de las hormigas y las abejas, las hormigas y las abejas, las hormigas son sociedades donde no hay desempleo, no  hay problemas de habitación, de salud, de educación, pero son sociedades que han estado estancadas durante millones y millones de años, entonces, cuando me di cuenta de que esos nos conducía a una sociedad de hormigas (yo no habría leído a Orwell ni nada de eso  lo veía), fue cuando dije: Aquí hay que rescatar el lado liberal, porque yo  Sostengo que el liberalismo y el libertarismo son una  misma línea, separada por  una membrana muy delgada que tiene la adhesión que el capitalismo hizo del liberalismo, pero el origen libertario del liberalismo tenemos que reconstruirlo aquí, y  en  esto, con el perdón de e Marcelino, me aproximo mucho a Paz, quien  -como se sabe- dice el gran reto del socialismo es encontrar sus raíces en el liberalismo. Yo estoy de acuerdo en eso con paz. Lo  que pasa es que los hombres no somos solamente una cosa, ese Paz es también el Paz que organizó el sainete de Televisa, pero no podemos rechazar lo que ha aportado, claro. Luego, ya cuando fui, incluso contigo, a Berlín descubrimos esa sociedad de hormigas, pues  era espantoso, pero además descubrí que los comunistas tenían una capacidad muy  especial para cambiar las cosas; para ellos por ejemplo, se  puede ser todo menos anticomunista. Y se autodenominaron toda la vida fuerzas democráticas, cuando son la fuerzas más antidemocráticas y más intrigante, y si uno es democrático tiene que aceptar al otro, lo distinto, lo diferente.

 … Me enorgullece ser cuate de Alejandro  Lora, el cantante y  compositor del Tri, un conjunto que verdaderamente un fenómeno social, cultural, político en las bandas de la ciudad de México, es decir, cuando el Tri toca se reúnen 10 o 15 mil gentes y se enloquecen, y uno de mis grandes blasones, más que ser doctor, porque no lo voy hacer nunca, es que yo llego a una tocada de ellos y me pasan hasta arriba, porque soy su cuate, esa amistad nació en el cotorreo, en el trago y en la banda. Me la gané porque yo los invité a ellos al mitin de clausura que hice cuando fui candidato a diputado por el PMT y el PSUM, hicimos el mitin de clausura más grande que haya hecho un candidato a diputado en la ciudad de México, reunimos a cerca de 5 mil gentes jóvenes en el cine de cosmos y mi discurso fue breve, fueron dos frases: “que chingue su madre el PRI, hay que legalizar la marihuana”.

 Joel es un náufrago: Marcelino

Joel Ortega es, como la mayoría de nosotros, un náufrago que se niega a subirse a las balsas que pasan cerca de él, a las lanchas y a los trasatlánticos; sí, a Joel lo han invitado a subirse al Queen Mary, podría subirse al Queen Elizabeth si  quisiera, como pasajero de lujo pero se niega. El navío en el que todos navegábamos es insustituible, y Joel sigue esperando que vuelva ese navío fantasma que sustituya a aquel que naufragó, él vive con la esperanza de que ese navío volverá a surcar los mares, ese navío se llama revolución y enarbola una sola  bandera: libertad.  Y mientras ese navío aparece, tal vez no aparezca nunca, Joel seguirá nadando, Joel solo  es fiel a su pasión, Joel es fiel  a sí mismo, y es la única manera de ser fiel. Joel no podría traicionar ninguna causa porqué nunca ha sido fiel a ninguna causa, al único que no podría traicionar Joel es a sí mismo, es lo que Joel no está dispuesto a traicionar. Ahora, la causa asumida por Joel, es una causa cabrona, es un opositor irredento.

 No se puede luchar contra la pasión; cuando la pasión es auténtica no pueden meterla en una jaula como si fuera un pajarito. La pasión se te impone; Joel ha tenido que compaginar esa pasión que en este momento es una pasión muy ingrata, no aporta gratificación, un náufrago ara en el mar, ese navío que navegaba ya no existe, quién sabe dónde ande, Joel tiene que compaginar eso con la sobrevivencia, y ha logrado la supervivencia con una dignidad intachable.

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